... Y quien es el intruso?

Fuente: Fundamentos Éticos de la Gestión del Riesgo.

Autor: Gustavo Wilcjes

El artículo “Fundamentos Éticos de la Gestión del Riesgo”, es un artículo bastante enriquecedor, el autor, Gustavo Wilches, desde una perspectiva diferente nos muestra la realidad a la que hoy se afronta la especie humana, tras la destrucción paulatina de cada uno de los recursos existentes sobre la faz de la Tierra. Estoy de acuerdo con el concepto que plantea Gustavo, de plaga y su relación con la especie humana.

Hay cuatro puntos importantes que quiero tocar, con respecto a la relación que realizo entre las plagas y la especie humana.

Primero, es de suma importancia reconocer que el ser humano no tiene límites, hoy los lugares más recónditos de nuestro planeta, la Tierra, han sido transformados y modificados por el hombre, destruyendo riquezas naturales altamente ricos en flora y fauna.

Segundo, hemos logrado destruir la biosfera, hoy en día el ecosistema se ha descompensado y ha generando que la población humana no cuente con los niveles suficientes de alimentos para sobrevivir, la razón principal es que la preocupación de los seres humanos son los intereses económicos.

Tercero, el desarrollo científico ha evolucionado tanto que “hoy es un hecho la posibilidad de manipular los códigos genéticos de los seres vivos, incluidos los seres humanos, con consecuencias todavía impredecibles para el futuro del planeta y de la especie”.

Y finalmente, podemos ubicar la rotura de la interdependencia entre los seres vivos de nuestro planeta. El humano, cree que todos son “enemigos naturales”, hasta los microorganismos que no podemos ni ver ni sentir. Otro ejemplo claro, es la noche, la naturaleza tenia estos procesos tan simples, que nosotros hemos interrumpido, así como el sol en el día produce energía, la noche tiene su proceso, y nos hemos encargado de destruirlo con luz artificial.

En términos generales, para mi igual que lo plantea el autor, la especie humana es la peor plaga que puede existir, sin embargo, estamos a tiempo de cambiar las cosas y la mejor herramienta es la ética, debemos empezar a pensar no solo en nosotros sino en los otros seres vivos que hacen parte del ecosistema, como dice Thomas Berry “necesitamos una Terapia cultural”.