miércoles, 27 de abril de 2011

Una de las principales consecuencias... Calentamiento Global

Nuestro planeta se está calentando: eso es una realidad. Los últimos diez años han sido los más calurosos desde que se llevan registros, y los científicos han anunciado que en el futuro serán aún más cálidos. Y, como siempre, los seres humanos somos los principales culpables: ejercemos un impacto directo sobre el proceso de calentamiento, popularmente conocido como el "efecto invernadero".


El efecto invernadero es uno de los fenómenos naturales más conocidos debido a sus graves secuelas. Es causado por el aumento en la concentración de los gases de invernadero: el dióxido de carbono (CO2), los clorofluorocarbonados (CFC), el metano (CH4), el óxido de nitrógeno (N2O) y el ozono de la tropósfera.

En pequeñas concentraciones, los gases de invernadero son necesarios para nuestra subsistencia. La energía solar pasa a través de ellos, llega a la tierra y, parte de ella, se devuelve, en forma de energía infrarroja. Es entonces cuando los gases de invernadero la atrapan y conservan el calor de la radiación infrarroja, al modo en que el calor se mantiene en un invernadero. Pero en mayores cantidades, la consecuencia principal del efecto de invernadero es el calentamiento global de la atmósfera.

¿Por qué?...Debido a que los gases contaminantes (o de invernadero), como el dióxido de carbono, provocan que la energía solar quede atrapada en la atmósfera. Y sólo basta una leve modificación de la temperatura para que se rompa el delicado equilibrio de la naturaleza.

No deja de ser tremendamente grave, porque en la medida que el planeta se calienta, los cascos polares se derriten. Además, el calor del sol, cuando llega a los polos, es reflejado nuevamente hacia el espacio. Y, al derretirse los casquetes polares, menor es la cantidad de calor que se refleja, lo que hace que la tierra se caliente aún más.

Con esto, se evaporará más agua de los océanos, y en otros lados habrá lluvias torrenciales, inundaciones, vientos huracanados, sequías, olas de calor y heladas...entre otros desastres naturales.


Una gran preocupación
De acuerdo a los diferentes estudios científicos, apoyados por la ONU, se calcula que en el año 2100, la temperatura media de la Tierra será entre 1,5 y 6 grados más que la de 1980. Y es que las temperaturas se están elevando a escala global, y los 15 años más calurosos desde que se tiene registro (1867) han ocurrido desde 1980.

Esta es la gran preocupación de los científicos, ya que, además de todos los desastres nombrados antes, se podrían producir hambrunas y epidemias, las que serían frecuentes en todos los países. También podrían derretirse témpanos, desaparecer flora y fauna, volverse desérticas las tierras de cultivo, estropearse arrecifes e inundarse las islas del Caribe.

De que es serio, es serio. Pero lo peor de todo es que nosotros mismos somos los que estamos "colaborando" con el calentamiento global de nuestro hábitat al utilizar combustibles fósiles (carbón, petróleo y sus derivados como parafina, gas licuado y bencina), permitir la contaminación industrial, entre otras, y la destrucción de bosques y tierras húmedas.


Se cree que, de seguir aumentando la temperatura, el calentamiento global se repartirá en forma desigual. Será menor en las zonas costeras donde el mar refresca la tierra, y mayor en las zonas continentales, donde el sol quemará con todas sus fuerzas.



Consumismo!!!

Un mundo que nos enseña a consumir!!!

Un nuevo término: DESARROLLO SOSTENIBLE

El mundo de HOY necesita equilibrio...

El concepto de desarrollo en estos días invoca la necesidad de alcanzar un desarrollo sostenible que tenga como objeto la conservación y protección del ambiente, es decir, que no existe desarrollo si en este proceso se ve atacado el ecosistema. Por lo mismo, la sociedad empieza a reconocer que desarrollo y medio ambiente son conceptos complementarios. Sin embargo, en la sociedad hay otra posición, la cual dice que tampoco existe la capacidad de mantener el medio ambiente si no hay desarrollo. Por otro lado, el concepto de Economía, se está replanteando y asumiendo un nuevo papel dentro de la sociedad, pues está incorporando el concepto de medio ambiente como factor de desarrollo.

Noción de economía ambiental: Desde la perspectiva de Barry Field, la define como un campo de la economía que se refiere al estudio de los problemas ambientales. Se sitúa en el campo de la microeconomía (estudio del comportamiento de los individuos) y macroeconomía (análisis del desempeño económico como un todo). Según Víctor Urquidi la economía ambiental, es una disciplina nueva, que nutre tanto la economía clásica y neoclásica como de la ciencia ecológica y la sociología.

La economía ecológica: Para Constanza Robert, no es más que un enfoque transdisciplinario emergente, que reconoce los limites ecológicos  al crecimiento económico y maneja el problema de la sustentabilidad.

Concepto de sustentabilidad: Se define como la relación que se genera entre la dinámica de crecimiento económico y la resiliencia. Cuando el ritmo de extracción de recursos y de producción de desechos supera el ritmo de reposición de los ecosistemas, ocurre un deterioro ambiental y queda comprometida la sustentabilidad.

Concepto de desarrollo sostenible: Implica la relación entre desarrollo y medio ambiente, la calidad del medio ambiente mejora el crecimiento económico en varios términos. El mismo implica varios conceptos: sostenibilidad ecológica, el cual se refiere a la capacidad del sistema para aprovechar sin destruir los recursos del entorno; sostenibilidad social, el cual hace referencia a la capacidad de los actores sociales para interactuar de manera sostenible con el entorno; sostenibilidad política, el cual hace referencia al reconocimiento de la legitimidad del estado; sostenibilidad ideológica, que hace referencia a la aceptabilidad del sistema; sostenibilidad educativa, referencia la capacidad del sistema educativo para facilitar el acceso a las herramientas necesarias para participar en los procesos sociales; sostenibilidad económica, hace referencia al redimensionamiento y cualificación de los conceptos clásicos bajo la óptica de la sostenibilidad ecológica; sostenibilidad institucional, ha referencia al sentido de legitimidad y apropiación de las instituciones por parte de la comunidad.

De los diferentes conceptos presentados por varios autores, muestran que el desarrollo sostenible, es una situación deseable para la raza humana, caracterizada por el logro de un sistema de interacciones con el medio ambiente mediante el cual se logre maximizar su potencial productivo.   

¿Pero porque estos conceptos o nuevos términos tienen tanto auge en nuestros tiempos? Actualmente existe una preocupación sobre las limitaciones de los recursos naturales disponibles para continuar con el desarrollo de la humanidad. Por lo mismo, estas nuevas teorías relacionadas con el crecimiento y conservación son el resultado de un nuevo enfoque sobre la racionalidad económica.

Qué piensa el mundo de Colombia?

... tenemos que reinventar el capitalismo!

Los estrechos esquemas de creación de valor y el insuficiente impacto de la responsabilidad social corporativa han caído en desuso. Debemos dar el paso hacia la creación de valor compartido, en el que se conjuga el éxito empresarial con el progreso social. Se trata, sin duda, de la tarea más importante de nuestras vidas y del mejor legado que podremos dejar como empresarios y ciudadanos.


La gran paradoja de nuestro tiempo es que, entre más se comprueba el ilimitado potencial de los empresarios para solucionar los problemas económicos, sociales y ambientales, más se reduce la legitimidad y la confianza de las empresas para ser agentes del cambio. Infortunadamente en algunos casos el desarrollo empresarial es sinónimo de codicia, de falta de impacto sostenible en todo el sistema y de desinterés absoluto por el bienestar general. La crisis económica global es, de este modo, el corolario lógico de la pérdida de convicción en el papel esencial de las empresas como eje imprescindible de la prosperidad colectiva. El profesor Porter, que lleva décadas analizando cómo pueden ser más competitivas las empresas y los países, llega a Colombia a reformular nuestras perspectivas, demostrándonos que la solución está en la CREACION DE VALOR COMPARTIDO definido por él mismo como  “las políticas y las prácticas operacionales que mejoran la competitividad de una empresa a la vez que ayudan a mejorar las condiciones económicas y sociales en las comunidades donde opera. La creación de valor compartido se enfoca en identificar y expandir las conexiones entre los progresos económico y social”.
La gestión de nuestras empresas, en consecuencia, debe girar en torno a una premisa fundamental: el principal impulsor de la productividad colectiva es la estrategia que busca no sólo aumentar las utilidades de la empresa sino fomentar el progreso y el desarrollo sostenible de la comunidad. Prosperidad empresarial con Prosperidad social.

El poder del cambio en el mundo está, sobre todo, en manos de los empresarios. Sin el éxito de los empresarios no es posible abolir la pobreza, ni soñar con una sociedad más equitativa. Sin embargo, el profesor Porter nos obligará a reflexionar cuando nos advierta que, a través de la antigua mentalidad de la responsabilidad social empresarial, sólo podremos hacer aportes básicos y superficiales, que no llegan a resolver el fondo de los problemas. Todos los días, en efecto, vemos cómo las empresas siguen respondiendo únicamente a sus accionistas, y que la presión por obtener utilidades inmediatas impide trazar las inversiones más apropiadas a largo plazo para la empresa y para la sociedad. En el esquema antiguo, las empresas limitan su aporte a la comunidad al pago de impuestos, a la generación de empleo y a la oferta de productos y servicios de calidad. Y en el esquema antiguo, la responsabilidad social se traduce únicamente en esfuerzos parciales, aislados y difusos, sin un verdadero compromiso con el rumbo de la sociedad. No podremos extrañarnos, entonces, de que las empresas no sean competitivas a largo plazo, y que sean crecientes los casos de abusos de empresarios inescrupulosos a los que sólo los guía el faro del interés particular, a costa de las necesidades de sus grupos de interés o  la devastación de los recursos naturales.

La propuesta para Colombia del Profesor Porter es sencilla: el valor compartido supone crear utilidades económicas y, al mismo tiempo, contribuir con el progreso abordando los más apremiantes desafíos de la sociedad. En otras palabras, supone ir más allá de la caridad, asistencialismo o filantropía propia de la responsabilidad social empresarial, para aplicar una estrategia a largo plazo que combine el lucro de la empresa con el bienestar social. Para los cínicos suena a utopía, pero para empresas como  Nestlé, IBM, General Electric, Unilever o Johnson & Johnson  es una realidad diaria que, según lo demostrará el profesor Porter, les permite multiplicar la productividad mediante un impacto positivo a las comunidades a las que pertenecen. Significa dejar de ser parte del problema y pasar a ser una parte muy relevante de la solución. Nadie puede minimizar la importancia del pago de impuestos y de la generación de empleos, pero nadie puede desconocer tampoco que las empresas pueden ir mucho más allá, sin que ello implique un menoscabo en su motivación principal de generación de riqueza. Por el contrario, el valor compartido será el único camino que le quedará a las empresas para competir en un mundo globalizado. En definitiva, las utilidades dejaron de ser la meta exclusiva de las empresas competitivas.

Y si la moral individual no alcanza, al menos se puede ser lo suficientemente sensato para saber que el deterioro de un país, más temprano que tarde, termina afectando también a esos intereses particulares. Y esa sensatez se puede extender también a entender la incontrovertible evidencia que indica que la sostenibilidad y rentabilidad de las empresas en el futuro está directamente ligada con la creación de valor compartido. El profesor Porter nos explicara por qué cada problema de la sociedad repercute directamente en los costos internos de la empresa y, de hecho, por qué abordar los problemas de la sociedad, más que incrementar los costos, eleva la productividad. Nuestro liderazgo consistirá en definir las estrechas relaciones que hay entre el progreso de la empresa y el progreso de la sociedad, y entender así cómo la gestión de la empresa y los productos o servicios que ofrece pueden contribuir a remediar las crisis actuales. La creación de valor compartido será la clave para  tener mejor acceso a mercados internacionales, para garantizar un mejor acceso al crédito, para cotizar el valor de nuestra marca, para facilitar la expansión de las operaciones de la empresa, para atraer a los mejores talentos y, en suma, para liderar el progreso social.

El liderazgo de nuestros empresarios en este sentido representa la faceta más inspiradora que puede ofrecer nuestro país. Contamos, afortunadamente, con un aliado de la talla de Michael Porter, a quien desde ya damos nuevamente la bienvenida. Y a la Fundación Social nuestro sincero agradecimiento no solo por hacer posible  este Foro sino por sus 100 años continuos  de demostración de que esto del valor compartido si es posible en nuestra amada Colombia. Y grata coincidencia. El Gobierno actual ha centrado todo sus propósitos  en lo que el Presidente Santos denomina con mucha contundencia, LA PROSPERIDAD PARA TODOS.